La instrumentación de edificios consiste en la colocación de uno o varios sensores que permiten conocer de manera permanente, la forma en que se comporta el edificio en movimiento, el ejemplo más claro es ante un terremoto. Los instrumentos usados suelen ser acelerómetros, estos son instrumentos capaces de medir aceleraciones en tres direcciones: dos horizontales y una vertical. El movimiento inducido en el edificio puede ser el generado por un terremoto. Sin embargo, no es la única forma de obtener la información necesaria para saber cómo se comporta la estructura. También existen vibraciones ambientales, por ejemplo, como el tránsito vehicular o de personas, el viento, entre otros. Esto se debe a que el edificio siempre está oscilando, lo que pasa es que la magnitud del movimiento es imperceptible para el ser humano, pero no para un instrumento tan sensible como un acelerómetro.